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¿Qué es la microfiltración?

¿Qué es la microfiltración?

La microfiltración es un proceso fundamental en numerosas industrias para garantizar la calidad y pureza de los líquidos. Mediante nuestros filtros industriales, este método se basa en el principio de separación de partículas mediante una membrana con poros microscópicos, que actúan como filtros selectivos. 

Este tipo de sistema de filtrado tiene un alto grado de retención de sustancias gracias al reducido tamaño de los poros.

Funcionamiento de la microfiltración 

La microfiltración es un proceso de separación física utilizado en una amplia gama de industrias para filtrar líquidos al retener partículas de mayor tamaño que los poros de una membrana microfiltrante. Esta técnica se basa en el principio de filtración mediante una membrana porosa, cuyos poros tienen un tamaño de 1–20 µm.

El funcionamiento de la microfiltración es relativamente sencillo y altamente efectivo. Cuando el agua pasa a través de la membrana microfiltrante, las partículas sólidas, microorganismos y otras impurezas son retenidas por esta.

Lo interesante de este proceso es su capacidad para separar partículas sin utilizar productos químicos, lo que lo convierte en una opción respetuosa con el medio ambiente y muy adecuada para aplicaciones sensibles, como la industria alimentaria y farmacéutica. Además, la microfiltración es versátil y adaptable a diversas necesidades industriales.

Tipos de microfiltración: Dónde se puede aplicar 

Para el proceso de microfiltración, en Lamastore empleamos cartuchos con poros de entre 1 y 20 micrómetros, lo que les da la capacidad única de retener no solo sólidos, sino también bacterias y virus.

La aplicación de la microfiltración se puede llevar a distintos contextos. Desde el tratamiento del agua para su posterior uso en procesos como la ósmosis inversa o la esterilización ultravioleta, hasta la separación de emulsiones de agua y aceite. Además, en la industria alimentaria y farmacéutica, así como su aplicación en la clarificación de zumos de frutas, vinos y cerveza, desempeña un papel crucial.

En proyectos de filtración relacionados con el tratamiento de aguas residuales, la microfiltración se convierte en una herramienta indispensable: ya sea como sustituto de clarificadores secundarios en reactores biológicos de membranas o en el tratamiento de aguas jabonosas para separar sólidos suspendidos.

Cómo se mide la microfiltración 

La microfiltración, junto con otras técnicas de filtración como la ultrafiltración, nanofiltración y ósmosis inversa, se utilizan para filtrar aguas al retener partículas de diferentes tamaños. Para medir la eficacia de estos procesos de filtración, en Lamastore hablamos de micrómetros (μm), también conocidos como micras.

Los micrómetros son una unidad de medida que equivale a una millonésima parte de un metro. En el ámbito de la microfiltración hablamos de micrómetros para describir el tamaño de los poros de las membranas filtrantes

En comparación, la ultrafiltración tiene poros más pequeños, (rango de 0.01 a 0.1 μm), lo que permite retener moléculas más grandes como proteínas y virus. La nanofiltración, con poros de 0.001 a 0.01 μm, puede retener moléculas más pequeñas, como sales y materia orgánica. Finalmente, la ósmosis inversa, también conocida como hiperfiltración, tiene los poros más pequeños, en el rango de 0.0001 a 0.001 μm, lo que le permite eliminar incluso las moléculas más pequeñas, como sales disueltas y compuestos orgánicos.

Si hablamos de filtros de anillas y filtros de mallas, también utilizaremos como unidad de medida la micra, aunque lo correcto es hablar de estas medidas en luz de paso. En el caso de los filtros de arena, lo que se tendrá en cuenta es el tipo de lecho filtrante

¿Qué es mejor la ósmosis inversa o la ultrafiltración? 

La elección entre ósmosis inversa y ultrafiltración depende de las características del agua o líquido a tratar, los objetivos que persigas en el proceso de filtración, tu presupuesto, así como las condiciones del entorno donde se implemente el sistema de filtración. 

La ósmosis inversa es muy efectiva para eliminar sales disueltas, compuestos orgánicos y virus y bacterias, gracias a su capacidad para retener partículas incluso más pequeñas que las que puede retener la ultrafiltración. Esto la hace ideal para la purificación de agua potable y la desalinización del agua de mar, así como para aplicaciones industriales que requieren agua de alta pureza.

Por otro lado, la ultrafiltración es especialmente útil cuando se necesita eliminar sólidos suspendidos y partículas de mayor tamaño. Pero no es capaz de retener compuestos disueltos como los que elimina la ósmosis inversa. La ultrafiltración es adecuada para el tratamiento de aguas residuales, el tratamiento de efluentes y la producción de agua para uso agrícola.

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